Luego de hacer un último abastecimiento de provisiones en Uruguay, dos buques de pesca proveniente del puerto gallego de Vigo, dejaron en las últimas horas el puerto de Montevideo y navegan hacia Malvinas para comenzar la primera temporada de calamar del año, que como siempre es realizada con licencia ilegal de la colonia británica que usurpa las islas argentinas.

La estrecha e inocultable relación comercial y logística que tiene Gran Bretaña con Uruguay, y la dependencia de este último País con el primero, se hace cada vez más vulnerablemente visible. Miles de cuentas en las redes sociales de carácter comercial, empresarial y personal, van registrando la actividad y movimiento de los buques, y aplicaciones de seguimiento satelital indican rumbo, destino y actividad de los barcos.

En este caso, la cuenta fishermans_world de instagran; ubicó al Venturer saliendo de puerto con destino a Malvinas, el pasado viernes 28, y al Petrel haciendo la misma maniobra de partida, este lunes 30.

Un mismo camino también se transita en términos políticos y diplomáticos. Como hemos publicado la semana pasada, una delegación de diputados de la derecha uruguaya viajó a Malvinas. “Una actividad que se hace anualmente, donde se invita a distintos actores de la vida del país: periodistas, empresarios, dirigentes políticos y parlamentarios de todos los partidos han concurrido en el pasado. Nos parece que es una buena instancia para conocer la realidad de las islas”, dijo en su defensa y del resto de la comitiva, el diputado del partido colorado, Felipe Schipani.

A ello debe sumársele que es una empresa uruguaya quien provee el combustible para estos y el resto de los buques que operan con licencia ilegal kelper en adyacencia a las islas; como también para cubrir las necesidades permanentes de vehículos, camiones y aeronaves que se movilizan y vuelan a Malvinas.

Lo mismo ocurre con la habilitación del aeropuerto de Carrasco, para que aeronaves militares del Reino Unido, hagan escala desde y hacia Malvinas. Actitud repudiable con toda vehemencia. Pero no tanto como los permisos que otorga la propia Cancillería probritánica porteña, para que empresarios, inversores y ejecutivos vuelen en jets privados desde Buenos Aires a las islas, y de esta manera sigan acaparando ganancias del colosal saqueo que ejecutan a las riquezas y recursos de todos los argentinos.

Por Agenda Malvinas