Las decisiones no tomadas durante el gobierno nacional de Alberto Fernández, como tampoco por las gestiones del gobierno fueguino de Gustavo Melella; tienen hoy graves consecuencias. Y es que en la segunda reunión en lo que va de 2025, del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, con autoridades del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas argentinas; el jefe del SOUTHCOM volvió a pedir la reactivación del radar de alta potencia instalado en Tolhuin, que opera bajo control de capitales británicos. Así lo publicó ayer el sitio web Iprofesional.com, y no hasta el momento de esta publicación no hubo desmentida.
El pedido no es antojadizo, se enmarca en una estrategia más amplia de la administración de Donald Trump para fortalecer la presencia geopolítica de Estados Unidos en la región y en especial, como apoyo tecnológico para la OTAN en el caso de una escalada global de la guerra motorizada por la Alianza Noratlántica contra Rusia, que tiene a Ucrania como escenario bélico.
En ese contexto, el almirante Holsey ha expresado públicamente su preocupación por lo que considera una "incursión metódica" de China en América del Sur, especialmente en la Patagonia, donde el país asiático mantiene una base científica satelital de monitoreo del espacio profundo, cuyo funcionamiento y especificidad fue comprobado y certificado, por el actual gobierno nacional de Javier Milei.
Además de la reactivación del radar, Estados Unidos también ha manifestado su interés en establecer un atracadero para sus submarinos nucleares en Ushuaia. Esta iniciativa sí ha sido rechazada tempranamente por el gobierno de Tierra del Fuego y por los intendentes municipales de Ushuaia y Río Grande, quienes la consideran como una amenaza a la soberanía nacional y una herramienta para consolidar la presencia militar de EE. UU. en el Atlántico Sur y la Antártida.
El radar filial de empresa británicas e irlandesas
El radar de la empresa LEOLABS ARGENTINA SRL, filial de la irlandesa LEOLABS LIMITED y de la británica LEOLABS SPACE HOLDINGS LIMITED, sigue siendo -por tercer año consecutivo-; algo más que una piedra en zapato para la gestión de Gustavo Melella. Y aunque luego de largos meses de escándalo y a regañadientes le quito los permisos que le había otorgado; la lentitud, la falta de respuestas creíbles y sobre todo de transparencia; dejaron al gobierno fueguino en un punto de no retorno.
Luego de negarlo con relevante porfía, Melella debió admitir que la tecnología del radar tiene capacidad de uso militar, y que existen lazos de LeoLabs Argentina SRL con capitales del Reino Unido, país con el que Argentina mantiene un conflicto de soberanía por las Islas Malvinas. Un archipiélago perteneciente a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; que Gran Bretaña usurpa desde 1833.
Sin embargo, la polémica se intensificó a mediados de 2023, cuando LeoLabs firmó un acuerdo estratégico con el Ministerio de Defensa del Reino Unido. Pacto que otorgó al área militar británica acceso a toda la información recabada por los radares de la empresa en todo el mundo.
La presión de Washington
Aunque el gobierno nacional no ha dado señales concretas de querer reactivar el radar, fuentes del oficialismo señalan un posible temor de que una negativa a los pedidos estadounidenses pueda generar obstáculos en la compra de equipamiento militar que el ministerio de Luis Petri ha comenzado a cerrar, como es el caso de los vehículos blindados Stryker.
Además, la solicitud de una base para submarinos en Ushuaia, que Holsey también pidió en su primera visita del año, ha generado un fuerte rechazo en la provincia de Tierra del Fuego. Las autoridades locales consideran que esta base formaría parte de un plan más amplio de Estados Unidos para consolidar su presencia militar en una zona estratégica como el Atlántico Sur y la Antártida.