Diana Mondino, la principal asesora en materia de Relaciones Exteriores del candidato presidencial de La Libertad Avanza, le dijo al diario londinense The Telegraph que los isleños deberían tener voz y voto en su propio destino.
La opinión de la posible canciller en el caso que Javier Milei triunfe en la primera vuelta electoral del 22 de octubre, o en el ballotage del 19 de noviembre y acceda a la presidencia de la Nación; tiene coincidencia plena con la posición de Gran Bretaña y no con la Argentina. El Reino Unido proclama que las islas son británicas, que la población implantada tiene derecho a decidir su futuro y a la libre determinación. En cambio, los sucesivos gobiernos argentinos desde 1960 en adelante, sostiene como política de Estado que la discusión por Malvinas es con Gran Bretaña no con isleños, que son una población implantada. Y en coincidencia con las Naciones Unidas, que no son sujeto a la libre determinación; razón por la cual en el seno de la ONU el tema se trata dentro del Comité de Descolonización.
Sin embargo, Mondino dijo querer que se respeten los derechos de los isleños en las discusiones sobre la futura soberanía, pero que deberían tener voz y voto en su propio destino. Una vieja aspiración de Gran Bretaña teatralizada en los Kelpers, cuando en 2013 a través de un referéndum sin valor diplomático, manifestaron el contrasentido independentista de querer seguir siendo territorio británico y no un estado soberano.
Mondino le dijo a The Telegraph: “Los derechos de los isleños serán respetados, deben ser respetados y no se les puede faltar el respeto. El concepto de que se puede imponer a la gente lo que se puede hacer o lo que se debe hacer es muy feudal e ingenuo”, graficó la asesora, pasando por alto que el verdadero estado feudal que incumple desde hace 190 años con los pactos acordados, con el Derecho Internacional y con las resoluciones de las Naciones Unidas, no es otro que Gran Bretaña. Y no solo en el caso de las Islas Malvinas, sino en 12 de los 17 casos tratados en el Comité de Descolonización, en cuanto a los Estados y territorios que se encuentran sometidos a la prepotencia imperial colonialista a nivel mundial.
De todos modos, la provocadora asesora de Javier Milei, dijo algo cierto que recorre todas las áreas de las políticas públicas de País; si Argentina busca conseguir una relación más estrecha con los colonos de Malvinas, debe reducir su nivel de inflación y “convertirse en un país normal”.
“¿Cómo entendería la inflación alguien que no haya nacido ni crecido en Argentina?” dijo. “¿Por qué alguien querría ser parte de una sociedad? Necesitamos convertirnos en un país normal y somos un país vacío”.
“Si la gente finalmente quiere hacer ciertas cosas, se harán. Ahora mismo estamos en el peor de los mundos, porque ni Gran Bretaña ni Argentina pueden hacer un uso razonable de los recursos que hay allí abajo”, argumentó falsamente la asesora de Milei, ya que los kelpers sí hacen uso y abuso de la explotación de la pesca a través de suculentas concesiones que les permite ingresos suficientes como para posicionarse dentro del privilegiado grupo de Estado o territorios con mayor índice de ingreso per cápita del mundo.
Por ello, en lo que respecta a las regulaciones sobre la industria pesquera y el petróleo de las islas, “ni siquiera tenemos eso para nuestros propios recursos, pero ¿se lo imponemos al otro? ¡Vamos! Tenemos pesca china en nuestras fábricas”, respondió sobre asuntos que corren por separado y no de la manera confusa en que lo describe.
"Pueden pasar muchos años, pero no se puede imponer ninguna decisión a otras personas, ni a los argentinos ni a nadie. Ya no se pueden imponer decisiones, eso tiene que terminar", declaró Mondino.
Las disruptivas declaraciones de la mujer, le ponen alto voltaje a la sucesión de actos de provocación que tiene el propio Javier Milei; quien ha sugerido en varias oportunidades que Argentina debería adoptar un enfoque de diplomacia al estilo de Hong Kong sobre las Islas Malvinas, con una transferencia gradual de soberanía de Gran Bretaña. Propuesta como tantas otras que fueron rechazadas por Gran Bretaña durante la década de los 70´e imposibilitadas de volver a analizar por la negativa volver a sentarse en una mesa de negociación con Argentina, luego de la guerra de 1982.
