Argentina contra el consenso global: Rechaza el alto al fuego en Gaza abandonando su tradición humanitaria

El voto negativo de Argentina en la ONU por un alto el fuego en Gaza junto con el anuncio de traslado de su embajada a Jerusalén, genera más rechazo en la comunidad árabe y pone en riesgo relaciones clave de apoyo a los reclamos de soberanía por la usurpación británica en Malvinas.

16 de junio de 2025 12:40

Javier Milei en su visita al Muro de los Lamentos con Benjamín Netanyahu - Mientras el conflicto en Gaza se intensifica, Argentina se aleja de décadas de compromiso con los derechos del pueblo palestino.

En un giro que no sorprende pero resulta preocupante, Argentina decidió votar en contra de la resolución presentada en la ONU que exige un alto el fuego en Gaza. Esto genera repercusiones en la liga de países árabes, que hasta la actualidad ha brindado su apoyo en el reclamo de soberanía argentina por las Islas Malvinas. 

La votación, que contó con el respaldo de 149 países, refleja una posición que choca con la tradición del país en temas de derechos humanos y solidaridad internacional, en un contexto donde la crisis en Gaza sigue en aumento

La resolución, presentada por España y Palestina, solicitaba el fin inmediato del bloqueo israelí, la apertura de pasos humanitarios y el cese de prácticas que utilizan el hambre como arma bélica.

Sin embargo, Argentina optó por formar parte de un reducido grupo de países que, alineados a EE.UU, prefirieron abstenerse o votar en contra. Todo esto dando un giro radical en la historia de Argentina, ya que hasta hace poco el país mantenía una postura firme en defensa del reclamo humanitario y de respeto a los derechos del pueblo palestino.

El rechazo argentino a esta resolución se produjo la semana pasada en un momento en que más de 50 civiles habían sido asesinados en Gaza en los últimos días, en medio de bombardeos que destruyeron viviendas, hospitales y bienes esenciales. 

La imposibilidad de ingresar ayuda en un contexto de bloqueo que deja a millones de palestinos en situación de vulnerabilidad agrava aún más la crisis humanitaria. La comunidad internacional había exigido por todos los medios que Israel permita la entrada de medicinas, alimentos y ayuda médica, en línea con las obligaciones del Derecho Internacional, pero esas demandas fueron vetadas y relegadas.

Además, en línea con esta postura, el presidente Javier Milei anunció que Argentina mudará su embajada a Jerusalén como capital de Israel, rompiendo con el consenso internacional que considera a Jerusalén una ciudad de estatus disputado y bajo ocupación. 

La decisión de traslado, prevista para 2026, genera rechazo en la Liga Árabe y amenaza con minar uno de los principios básicos de la diplomacia argentina: la defensa del derecho internacional y la soberanía sobre los territorios ocupados, en particular las Malvinas y los territorios usurpados por el colonialismo británico en el Atlántico Sur.

En ese contexto, el alineamiento con Israel en Jerusalén pone en jaque la credibilidad de Argentina en la comunidad árabe y refuerza su aislamiento en un escenario donde la lucha por la paz y la justicia parecen cada día más alejadas.

En un escenario complejo como el que atraviesa Gaza, marcado por el bloqueo, los bombardeos indiscriminados y la represión, resulta lamentable observar cómo un país que en el pasado supo posicionarse en defensa de causas humanitarias pueda hoy alinearse con una de las partes en conflicto, rompiendo con su historia diplomática y poniendo en riesgo décadas de relaciones internacionales. 

La postura argentina, que en otros momentos fue ejemplo de compromiso humanitario, ahora se suma a una lista de países que prefieren guardar silencio o evitar pronunciamientos firmes frente a una de las crisis más graves de los últimos tiempos en Medio Oriente. 

La duda que queda en el aire es cuánto realmente le costará a Argentina su cambio de postura, y si en el futuro volverá a privilegiar la historia de solidaridad que ha caracterizado su política exterior, o si seguirá alineándose con los sectores que contribuyen a profundizar un conflicto de por sí ya demasiado devastador. 

La comunidad internacional observa, cada vez más preocupada, cómo las antiguas ideas de justicia universal se ven amenazadas por un presente marcado por intereses geopolíticos que parecen estar por encima de la vida y la dignidad de millones de civiles en Gaza.

 

FUENTE:

 

INFOBAE

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