El proyecto forma parte de un paquete de 17 obras prioritarias orientadas a reforzar y optimizar el sistema de transmisión eléctrica en diferentes regiones del país, con especial atención a las zonas con mayor crecimiento demográfico y productivo, dice los diferentes medios de prensa, aunque no advierten que la liberación arancelaria a favor de la importanción, juega totalmente en contra de la industria y la presencia de argentinos en Tierra del Fuego.
La supuesta intención oficial, es evitar futuros cortes y eliminar los cuellos de botella en la distribución de energía, una problemática que, según detallaron desde el sector, afecta a varias provincias.
El anuncio fue realizado por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien explicó que estas obras serán financiadas y llevadas adelante por el sector privado bajo un esquema de concesión, sin que ello implique un costo inicial para el Estado nacional. Lo que podría significar que estamos al frente de un nuevo negocio a la medida de los beneficiados del gobierno de Javier Milei, tanto como la entrega de los recursos mineros, hidrocarburiferos e hidroeléctricos, a grupos concentrados de poder extranjeros, donde hasta los estados provinciales se han visto excluidos en la participación licitatoria.
“El repago se realizará una vez finalizadas las obras, a través de un concepto tarifario que se aplicará de manera gradual a los usuarios”, señaló.
Además, anticipó que el ministro de Economía, Luis Caputo, firmará una resolución para declarar estas iniciativas como obras prioritarias, y explicó que los proyectos serán adjudicados mediante licitaciones tanto nacionales como internacionales.
Las intervenciones abarcan más de 5.600 kilómetros de nuevas líneas eléctricas y la ampliación de estaciones transformadoras de 500 kV. En total, estas obras afectarán a más de 20 provincias, incluyendo enclaves como Buenos Aires, Chubut, Mendoza, Salta, Formosa, Córdoba y Catamarca.
Los argumentos poco creibles del gobierno nacional
Dicen que la línea de interconexión que unirá Santa Cruz con Tierra del Fuego representaría un paso estratégico en la integración energética del país y en la autonomía de la provincia más austral, siendo que la provincia austral posee los yacimiento gasíferos convencionales más importantes del País como para poder generarlos por si misma y exportarla a otra regiones.
Al respecto, Adorni afirmó que “la última obra de alta tensión a nivel nacional se realizó en 2017. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la más reciente data de 2006. Hoy, el 35% de la infraestructura está al final de su vida útil”.
Desde la Secretaría de Energía de la Nación argumentan que la situación se agrava por una demanda eléctrica que, en la última década, creció un 20%, mientras que la capacidad de transporte apenas aumentó un 8%. Y que esta desproporción generó saturaciones y fallas recurrentes en la red, situación que podría agravarse. Asunto de dificil ecuación, cuando más allá del consumo domiciliario en las grandes urbes, existe una estrepitosa caída de actividad comercial e industrial a lo largo y ancho del país justamente en los últimos 10 años.
La concreción de la línea de 500 kV que conectará la isla con el continente no solo aliviaría la situación actual, sino que también abriría nuevas oportunidades para potenciar el desarrollo regional; dicen, cuando justamente el gobierno libertario atenta con máxima presición al desarrollo industrial estatal y privado.
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