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Los kelpers usan los dichos de Milei para blindar la usurpación en Malvinas

El exasambleísta Gavin Short celebró que Javier Milei "esté de acuerdo" con la postura colonial que rompe el principio de integridad territorial argentina y regala a Gran Bretaña un argumento denegado por la ONU.

31 de diciembre de 2025 12:08

La gravedad de las declaraciones del presidente argentino no es solo política, sino estrictamente jurídica

Lo que la diplomacia británica no pudo conseguir en seis décadas de debates en las Naciones Unidas, lo está logrando a través de la retórica anglófila del presidente Javier Milei: el reconocimiento interno de que la soberanía nacional depende del "deseo" de los usurpadores. La reacción desde las Islas no se hizo esperar y fue de absoluta satisfacción para los intereses coloniales.

Gavin Phillip Short, exasambleísta y referente de la comunidad implantada en Malvinas, utilizó sus redes sociales para exponer la peligrosa claudicación argentina. "Me alegra que su Presidente esté de acuerdo con nosotros aquí en las Malvinas. Nuestra soberanía no se negocia con nadie. Solo nosotros, los malvinenses, decidimos lo que ocurre en nuestro país. Punto final", disparó Short, sellando su mensaje con un provocador deseo de año nuevo desde lo que llamó "Malvinas libres".

 

El peligro de la "Declaración Ihlen" versión argentina

La gravedad de esta concordancia entre el Presidente y la colonia no es solo política, sino estrictamente jurídica. En el derecho internacional, las declaraciones de un Jefe de Estado tienen carácter vinculante y pueden generar efectos legales permanentes (doctrina de los actos propios).

Al decir que las islas deben volver "cuando los isleños lo deseen", Milei está dinamitando el argumento central de la Resolución 2065 (XX): que en Malvinas no hay un "pueblo" con derecho a la libre determinación, sino una población establecida tras una expulsión violenta en 1833. Si el propio reclamante (Argentina) admite que el deseo de los ocupantes es la llave de la solución, está reconociendo de facto la soberanía británica.

Una política de Estado a la medida del Foreign Office

Este discurso de Milei ya tiene antecedentes: el pasado 2 de abril, en el Cenotafio de Retiro, Milei denominó a los colonos "malvinenses" (término que otorga gentilicio de nación a la colonia), y que debían "votar con los pies" a favor de Argentina.

El Presidente insiste en que la prosperidad económica argentina hará que los isleños "quieran" ser argentinos, ignorando que la ocupación no es por falta de afinidad cultural, sino por objetivos geopolíticos, militares y de saqueo de recursos de la corona británica.

Consecuencias inmediatas

Para la diplomacia argentina, esto representa un "tiro de gracia" a la coherencia en los foros internacionales. Cada vez que Argentina denuncie el colonialismo ante el Comité de Descolonización de la ONU, el Reino Unido podrá citar al propio presidente Milei para sostener que la solución debe pasar por la voluntad de los isleños.

La alegría de Gavin Short es el espejo del retroceso argentino. Mientras el presidente busca un levantamiento de embargo para comprar armas que, irónicamente, no podrá usar contra quien hoy festeja sus palabras, el país pierde el sustento de su reclamo más sagrado.

Una Nación no puede tener una "relación madura", con quien usurpa su territorio, lo militariza, saquea el mar y ahora, además, utiliza la voz del propio presidente argentino como su mejor abogado defensor.

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