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Malvinas 2025: El año en que el colonialismo financiero selló el saqueo del petróleo argentino

Rockhopper presentó su cierre financiero. Por lo que, si Argentina no avanza en una ofensiva jurídica real, habrá perdido de facto, la batalla por los recursos del Atlántico Sur.

24 de diciembre de 2025 10:55

Infografía desarrollada por el sitio web, lamarejada.cl, que acompaña a una nota publicada el 25 de abril de 2025.

Mientras el 2025 llega a su fin, la empresa británica Rockhopper Exploration plc ha entregado un "regalo" de Navidad a sus accionistas que representa una bofetada a la soberanía nacional: el Cierre Financiero del Proyecto Sea Lion. Con el anuncio realizado este 22 de diciembre, la petrolera confirma que ya dispone de todo el capital necesario para iniciar la fase de desarrollo en la Cuenca Norte de las Malvinas.

Este hito financiero no es solo un movimiento contable; es el motor que pone en marcha la maquinaria de extracción de 917 millones de barriles de petróleo en aguas argentinas.

El cierre de filas del capital británico e internacional demuestra que, para los mercados globales, las advertencias de la Cancillería argentina han sido, hasta ahora, un "ruido de fondo" que no impide las inversiones.

El festín de la City: 142 millones de dólares para financiar la usurpación

El informe de Rockhopper detalla una ingeniería financiera exitosa que debería avergonzar a los responsables de la política exterior argentina de la última década:

 

  • Recaudación Directa: La compañía completó una colocación de acciones que recaudó 142 millones de dólares estadounidenses.
  • Apalancamiento Operativo: Se han firmado todos los contratos clave con Navitas Petroleum (de origen israelí) para la Fase 1 del proyecto.
  • Presupuesto Blindado: Los 2.100 millones de dólares necesarios para completar el proyecto están firmes, incluyendo contingencias y costos de financiamiento.
  • Expansión de Accionistas: El 31 de diciembre, mientras el país brinda por el fin de año, entrarán en cotización 201 millones de nuevas acciones ordinarias en la Bolsa de Londres, diluyendo aún más cualquier pretensión de control soberano sobre el área.

 

Sam Moody, CEO de Rockhopper, calificó este día como "posiblemente el más importante de nuestra historia". Para Argentina, es uno de los más tristes en términos de seguridad económica y territorial: es el día en que el capital privado internacional decidió que el riesgo de las sanciones argentinas es inexistente o irrelevante.

15 años de desidia: Del juzgado a la gacetilla vacía

La cronología de este despojo expone una década y media ganada por el colonialismo y una perdida absoluto por la diplomacia argentina. Desde que Rockhopper descubrió el yacimiento en 2010, el proceso ha sido lineal y ascendente.

La comparación es dolorosa: mientras Rockhopper celebraba el Cierre Financiero este 22 de diciembre, la respuesta argentina —emitida apenas días antes— fue un comunicado que reciclaba sanciones de 2012 y 2013. ¿De qué sirven inhabilitaciones administrativas de hace 12 años si hoy la empresa está recaudando 140 millones de dólares en Londres para perforar nuestro mar en 2028?

La "dejadez política" denunciada por Agenda Malvinas se manifiesta en esta asimetría:

 

1.        Gran Bretaña y las petroleras: Ejecutan cronogramas, aseguran flujos de fondos, contratan buques y lanzan ofertas públicas.

2.      Argentina: Emite gacetillas de "repudio" que no logran asustar a un solo inversor ni bloquear una sola cuenta bancaria en el exterior.

 

El 2026: ¿El año de la última oportunidad?

El calendario de Rockhopper es implacable. El 31 de diciembre de 2025 se emitirán las nuevas acciones y el 21 de enero de 2026 se completará la "Oferta Abierta" para captar más capital.

El camino hacia el "Primer Petróleo" en 2028 está pavimentado con el silencio y la ineficacia de los sucesivos gobiernos argentinos, con la única excepción de las acciones legales iniciadas por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de 2015 que hoy parecen un recuerdo lejano.

El cierre financiero de Sea Lion es el fracaso de una política de "contención" que no contuvo nada. Si Argentina no pasa de la retórica del repudio a una ofensiva jurídica internacional real que afecte los activos de estas empresas y sus socios en mercados globales, el 2025 será recordado como el año en que perdimos, de facto, la batalla por los recursos del Atlántico Sur.

El saqueo ya tiene financiamiento. La pregunta es: ¿Tiene Argentina la voluntad de detenerlo?

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