Lo que comenzó como una aparente transición armónica en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur ha derivado en un escenario de vaciamiento institucional y persecución política.

La gestión encabezada por el coronel retirado Esteban Vilgré Lamadrid, bajo la órbita política de la vicepresidenta Victoria Villarruel, enfrenta hoy graves denuncias por el desmantelamiento de las áreas técnicas y educativas del museo, dejando a la institución con apenas un guía de los 20 que conformaban el plantel original.
El Museo bajo el ala de la "Nueva Derecha"
La distribución de poder dentro del ejecutivo nacional dejó al Museo Malvinas bajo la influencia directa de Villarruel, una figura cuya trayectoria está marcada por el activismo en el CELTYV (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas). La vicepresidenta ha sido denunciada reiteradamente por los principales organismos de derechos humanos de la Argentina, por sus vínculos con sectores que reivindican el terrorismo de Estado y por su participación en agendas reivindicadoras en defensa de los condenados por delitos de lesa humanidad.
Esta impronta ideológica encontró mano ejecutora en Vilgré Lamadrid. Si bien el exoficial de Ejercito es veterano de guerra, su figura no está exenta de una pesada controversia: se lo acusa de haber sido el artífice de la construcción de la figura de Oscar Poltronieri (el héroe de Dos Hermanas) en un relato con la mayor cantidad de inconsistencias históricas detectadas en los hechos transcurridos durante el conflicto bélico, lo que para muchos sectores de los excombatientes, constituye una manipulación que ofende a los verdaderos héroes, tanto a los vivos como a los muertos.
Listas negras y vaciamiento educativo
La armonía inicial se quebró con la llegada de las "listas negras". Según denuncian los trabajadores nucleados en ATE, la gestión ha iniciado una purga sistemática. Tras meses de reclamos por la reincorporación de un delegado sindical despedido ilegalmente, la administración sumó seis nuevos despidos de personal afiliado al gremio.
"Se trata de una clara persecución política y sindical. Están desmantelando el Área de Educación, una pieza clave para la formación de las escuelas que visitan el predio", afirman desde el sector gremial.

Los trabajadores desplazados poseen, en promedio, 11 años de experiencia y formación específica en la Causa Malvinas y la soberanía en el Atlántico Sur y la Antártida. La denuncia apunta directamente a Vilgré Lamadrid y a la coordinadora general Jimena Ferreira, a quienes acusan de elaborar las nóminas de despidos en complicidad con la delegación de UPCN y con el aval de las autoridades de Patrimonio Cultural, Paula Zingoni y Liliana Barela.
El riesgo de la banalización
El proceso denunciado no es solo laboral, sino conceptual. Los extrabajadores advierten sobre un intento de "desmalvinización" y banalización de los contenidos museológicos. Al vaciar el museo de sus profesionales más capacitados, se corre el riesgo de convertir un espacio de memoria y soberanía en una cáscara vacía o, peor aún, en un escenario para la reescritura de la historia bajo los parámetros de la ultra derecha argentina.
La Causa Malvinas, que históricamente ha unido a los argentinos, enfrenta hoy el desafío de resistir a una gestión que parece priorizar el disciplinamiento ideológico y el ajuste presupuestario por encima del resguardo de nuestro patrimonio histórico y el reclamo irrenunciable de soberanía.