El equipo de Agenda Malvinas visitó las instalaciones de la Prefectura Naval Argentina para conocer los pormenores de la actividad que realiza la fuerza desde la capital provincial.
Fuimos recibidos por el jefe de la Prefectura Naval Ushuaia, prefecto Mayor Cristián Alejandro Francisco Sarasua, quien nos brindó un panorama de las actividades cotidianas de la institución. La charla transcurrió con vista a un canal Beagle cubierto por el manto de una lluvia fina, pintada en los ventanales del despacho, durante la mañana del viernes 26 de abril.
Luego, el prefecto nos guió en una recorrida por la sala del sistema de monitoreo, donde pudimos interiorizarnos sobre el control de la plataforma marina de nuestro país.
Vale decir que la labor de patrullaje con el poder de policía marítima, que desarrolla Prefectura, ha tomado relevancia últimamente con la detección de un remolcador chileno y un pesquero taiwanes provenientes de Malvinas sin la autorización argentina correspondiente.
Esto se debe a que, por la ordenanza Marítima nacional, toda embarcación que viaje a Puerto Argentino, en las Islas Malvinas, tiene que presentar una autorización para ese cruce, una semana antes, si pretende navegar por la Zona Económica Exclusiva.
Actualmente, la vigilancia de esas 200 millas marinas desde Mar del Plata hacia el sur se realiza en conjunto con la Armada, mediante el apoyo de aviones que “se adelantan y combinan con el intercambio”.
También se destaca el trabajo por convenio con la CONAE, que permite, a través de su sistema satelital; información para descubrir a los pesqueros que apagan sus sistemas de ubicación (AIS).
Además de atender posibles pedidos de auxilio y detectar infracciones a la ley, Prefectura mantiene vivo el reclamo argentino de soberanía sobre Malvinas al monitoreando e informando sobre las embarcaciones que siguen depredando y explotando económicamente los recursos naturales que corresponden a nuestro país y particularmente a la provincia de Tierra del Fuego en el Atlántico Sur.
Por ejemplo, es la institución la encargada de recibir la planilla de recorrido de los buques y cruceros que llegan al puerto de Ushuaia, donde las empresas deben informar si tienen previsto tocar el muelle de Puerto Argentino, en las Islas Malvinas, siendo que de no informar -con el fin de la autorización correspondiente-, las embarcaciones son sancionadas por infringir la normativa argentina, como en el caso mencionado del remolcador chileno y el pesquero taiwanes.
Si bien son situaciones aisladas, Sarasua comentó que, al notificar la escala en Malvinas, algunas empresas han sido “algo renuentes” a cambiar el nombre de Puerto Stanley a Puerto Argentino en el registro del recorrido, teniendo que hacerlo de todas maneras, a causa de que nuestro país sólo permite el uso del nombre Puerto Argentino, y no reconoce la denominación impuesta por los usurpadores de las islas.
La necesidad de nuevos buques
Prefectura Naval Ushuaia espera por la licitación, en los primeros días de mayo según comentó el jefe de la fuerza, por un número de cuatro nuevos guardacostas para patrullar el mar argentino.
Vale recordar que las unidades de la flota actual tienen más de 40 años y Sarasua espera con expectativas el avance de los trámites burocráticos para las nuevas adquisiciones.
El 18 de mayo está previsto el recalado en el Puerto de Ushuaia de uno de los guardacostas nacionales Tipo 24 que permiten patrullar completas las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva. El resto de las embarcaciones con las que cuenta la Prefectura Naval son demasiado pequeñas para cubrir toda esa extensión, y solo navegan por el Canal de Beagle, hasta la Isla de los Estados.
Esto podría cambiar si se concreta la licitación para la compra de las cuatro buques, dos de ellos a fabricarse a través de una empresa extranjera, y otros dos en astillero local, mediante la transferencia de tecnología
Se trata de un proyecto de inversión en nuevos buques, que viene desde el gobierno anterior de Alberto Fernández, y para el cual se han presentado al menos tres empresas.
Si bien las embarcaciones hoy en funcionamiento cuentan con sus tareas de refacciones y mantenimiento al día, los buques que utiliza la fuerza en la capital de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, son claramente de tecnología anticuada.
En ese marco, el prefecto Sarasua manifestó la expectativa de que la licitación, suspendida en su momento debido a las elecciones nacionales de 2023, finalmente se concrete en los próximos meses.
“Con eso estaríamos mejorando. El tema es que nuestros guardacostas son del año 80, o sea que hace más de 40 años que no tienen renovación", detalló el jefe de la repartición. "Así todo, están trabajando muy bien, y tienen sus fechas de inspecciones y modernización”, ponderó.
A su vez, remarcó el anhelo de que llegue “a cristalizarse este deseo que tenemos los prefecturianos hace rato”, teniendo en cuenta que “quedamos relegados varias veces”.
