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¿Qué pensará San Juan Bosco?

La barrera que los salesianos construyeron en 150 años contra la penetración británica en la Patagonia, es desarmada desde adentro por Gustavo Melella; uno de sus miembros que hoy gobierna Tierra del Fuego.

8 de noviembre de 2025 16:29

El 14 de diciembre se cumplirán 150 años del arribo de la primera expedición misionera de la Orden de Don Bosco a la Argentina.

El próximo 14 de diciembre se conmemora el 150° aniversario del arribo de la primera expedición misionera de Don Bosco a la Argentina. El camino evangelizador de la católica Orden Salesiana con mayor presencia en la Patagonia, que significó mucho más que una acción religiosa; dado que fue una estrategia geopolítica continental impulsada por el Vaticano y el Estado argentino para asegurar la supremacía del catolicismo y por otro lado el desplazamiento de los pueblos originarios, la ocupación de tierras y en ese contexto la construcción de soberanía en el extremo austral.

Es así, que la instalación de la Congregación Salesiana de Don Bosco en la Patagonia coincidió con una urgencia: la afirmación de la soberanía argentina y la expansión evangelizadora católica frente al avance de las misiones anglicanas británicas en el Atlántico Sur.

En el siglo XIX, la presencia de la South American Missionary Society (SAMS) en las Islas Malvinas (1854) y su asentamiento en Ushuaia (1869) fue interpretada por la Iglesia Católica y el Estado argentino como una amenaza a la soberanía nacional. Estas misiones protestantes, vinculadas al poder imperial británico, actuaron como un punto de avanzada civil y cultural en territorios en disputa.

Las pruebas están a la vista: el rol del Vaticano (a través de Propaganda Fide) y de la Curia Argentina fue decisivo para "marcar territorio" católico.

Ocupación, evangelización y soberanía

La alianza se consolidó tras la "Conquista del Desierto" de 1879, liderada por el General Julio Argentino Roca. El Estado argentino, necesitado de una fuerza civilizadora y colonizadora para consolidar su control sobre los vastos territorios recientemente anexionados, encontró en los salesianos al socio ideal.

Los salesianos Juan Cagliero y José Fagnano se convirtieron en figuras clave de esta ocupación efectiva. Los religiosos acompañaron al ejército de Roca en 1879 y se posicionaron estratégicamente en puntos como Carmen de Patagones (1880). Su misión se articuló en tres ejes fundamentales: convertir a los pueblos originarios sobrevivientes (tehuelches, mapuches, selk'nam); fundar escuelas y centros para la juventud y los colonos inmigrantes, y actuar como agentes de la argentinidad, estableciendo la hegemonía católica y cultural del país en el sur, especialmente con la fundación de la Misión de Nuestra Señora de la Candelaria en Río Grande (1893), en Tierra del Fuego.

En todo ello reinó un claro principio de la política evangelizadora: la defensa de la fe y la soberanía argentina en el sur.

Comen santos y cagan diablos

Hoy, 150 años después que los primeros salesianos se erigieran como la barricada cultural y religiosa contra el Imperio, la celebración del icónico aniversario se ve ensombrecida por las decisiones del actual gobernador de la provincia más austral de la Argentina, el salesiano Gustavo Melella. Un transformista político que facilita la penetración de intereses estratégicos británicos en el territorio fueguino.

Contrario a todos los actos que se podría esperar de un salesiano, Melella permitió que en la reciente renovación de contratos petroleros del consorcio que explota la Cuenca Marina Austral 1, ingresara Harbour Energy, una empresa de capitales británicos sucesora legal de Premier Oil, que fue sancionada por violar una sinnúmero de leyes argentinas, debido a sus operaciones con licencia ilegal de la colonia británica en Islas Malvinas y su participación en el yacimiento Sea Lion, como dueña del 60 % del paquete accionario.

Para ayudar a violar la ley, el Gobierno fueguino autorizó una maniobra de encubrimiento; que Harbour Energy utilizara a la alemana Wintershall Dea (cuyos activos adquirió) como "sello de goma" para la adquisición accionaria en la Cuenca Marina Austral 1 (CMA-1), ocultando su identidad británica.

La ironía es más profunda: la misma empresa británica, bajo el sello de Wintershall Dea, es uno de los aportantes financieros para los festejos de los 150 años de la Orden Salesiana, cuya celebración anticipada se realiza este sábado 8 y mañana domingo 9 de noviembre, en la Misión Salesiana Nuestra Señora de la Candelaria de la ciudad de Río Grande. Así el gobernador permite que el poder económico que sus hermanos de orden combatieron con el crucifijo, hoy financie su conmemoración mientras se asienta en la plataforma continental fueguina.

¿Qué pensarán los hombres y mujeres de la fe cristiana; los propios salesianos? ¿Qué les transmitirá San Juan Bosco, al ver a un hijo de su orden facilitando la entrega de recursos e infraestructura al mismo poder imperial que él se propuso combatir desde el evangelio, con la fundación de su misión en 1875?

 

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