La reciente visita de una delegación británica de las Islas Malvinas a Chile ha dejado en evidencia un acercamiento pragmático y creciente, entre la colonia y el país vecino, a pesar del histórico apoyo de los sucesivos gobiernos chilenos al reclamo de soberanía que Argentina mantiene sobre el archipiélago.
La comitiva, liderada por la Corporación para el Desarrollo de las Islas Falkland (FIDC), se centró en la exploración de nuevas oportunidades comerciales y de negocios, particularmente en la región de Magallanes, que se va reforzando por la constante migración de chilenos y chilenas a la colonia británica.
El punto estratégico es Punta Arenas
La visita a Punta Arenas no fue casual. La capital magallánica se posiciona como un punto clave para los intereses británicos en Malvinas. Funcionarios y empresarios locales, incluyendo el alcalde Claudio Radonich, han mostrado gran interés en reactivar los lazos comerciales con las islas, dando cuenta cabal por donde transita la solidaridad con Argentina sobre el reclamo soberano por las Islas.
Por esta vía Gran Bretaña está recuperando y abriendo nuevos canales logísticos y de oportunidades económicas, mediante el intercambio de productos y la participación en proyectos conjuntos como la feria de hidrógeno verde. Y de mucho mayor envergadura, el desarrollo antártico.
Esta colaboración desnuda la contradicción en la política exterior de Chile. Mientras en los foros internacionales, como el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, Chile apoya el reclamo argentino de soberanía, las acciones concretas de sus sectores empresariales y políticos en el centro y sur del país, demuestran una realidad distinta. La existencia de un vuelo semanal de LATAM que conecta a ambos el continente y las islas, y la presencia de una considerable comunidad chilena en el archipiélago, fortalecen los lazos y facilitan el afianzamiento del control británico.
El dilema del futuro
Este avance representa un escollo para la postura unificada de los países de la región en apoyo a Argentina. La visita de la delegación de la FIDC a Chile y los acuerdos que, donde el pragmatismo económico podría prevalecer sobre las consideraciones diplomáticas y la solidaridad regional. El régimen libertario de Javier Milei hace lo más importante; habilitar todos los elementos legales para que los intereses coloniales se consoliden y se expandan.