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David Cairns: Un embajador a la medida de la ambición británica

Negocios y Gas sobre la Cuestión de Malvinas. Londres envió a la Argentina un especialista en energía para consolidar proyectos ante la rifa de riquezas y recursos del régimen libertario.

15 de septiembre de 2025 23:33

David Cairns presentó sus cartas credenciales al canciller Gerardo Werthein, en un primer encuentro en el Palacio San Martín.

Aunque los medios argentinos reportan su asunción con un tono protocolar, debe quedar claro que David Cairns vino a monitorear los intereses comerciales y financieros del imperio y no a dialogar por Malvinas.

Su llegada como nuevo embajador británico en Argentina no es un simple recambio diplomático. Su designación, que lo trasladó de la vicepresidencia de una petrolera a la embajada en Buenos Aires, es una movida premeditada de Londres para consolidar su voracidad por los recursos energéticos de la región.

Cairns no es un diplomático común. Con más de 30 años en el Foreign, Commonwealth & Development Office, su experiencia es vasta, con pasos clave en Asia, Europa y en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, lo que realmente define su nombramiento en Argentina, es su reciente pasado como vicepresidente de Equinor, una gigante energética anglo-noruega. Lo que demuestra que no es una simple transición del sector público al privado; sino pieza que encaja en un complejo tablero geopolítico y económico de un imperio de .

La conexión entre Cairns, Equinor y la Argentina es directa y preocupante. La empresa no solo tiene una fuerte presencia en el Reino Unido, operando en el Mar del Norte y en proyectos de energía renovable, sino que también ha extendido sus garras a territorio argentino, con importantes activos en el megayacimiento de Vaca Muerta y en la Cuenca Marina Austral.

Sin perder de vista que Equinor, además; estuvo activamente involucrada en la exploración de petróleo y gas en las Malvinas, al enviar uno de sus máximos directivos a asesorar a la colonia usurpadora en el plan hidrocarburífero en aguas del archipiélago.

 

En Vaca Muerta, Equinor ha tenido una participación significativa en las áreas de Bandurria Sur y Bajo del Toro Norte, en sociedad con YPF y otras empresas como Shell. En tanto que, en la Cuenca Marina Austral, está involucrada en la exploración offshore; con licencias en las Cuencas Argentina Norte y Austral, frente a las costas de Tierra del Fuego.

 

En este contexto, la designación de Cairns es un acto de franqueza de Gran Bretaña. Londres envía a un especialista en energía para consolidar sus proyectos en una región que se presenta, ante la pasividad del gobierno argentino, como un paraíso de oportunidades.

El perfil de Cairns encaja a la perfección con una agenda que la cancillería y las corporaciones mediáticas disfrazan de cooperación económica y prosperidad compartida. Un discurso que convenientemente elude dialogar por cualquier tipo de reclamo de soberanía.

Mientras el tema de Malvinas, el nudo gordiano de la relación bilateral, se mantiene en un calculado segundo o tercer plano, la llegada de un embajador con un enfoque tan marcadamente comercial y energético, confirma que para Gran Bretaña; el camino a seguir es el de los negocios, la explotación de recursos y la consolidación de un tácito control de facto sobre el Atlántico Sur.

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